domingo, 20 de febrero de 2011

El grafitti en los baños

Ruptura o reforzamiento




Por más “recatados” que digamos ser, en todo baño existe una invitación escabrosa, en la cual –como es costumbre– caemos casi sin percatarnos, temerosos a veces de que alguien nos observe. Cuántas veces hemos leído uno de estos pocos espacios de expresión que tiene la comunidad gay y lésbica en nuestra sociedad: el escrito o grafitti en los baños. El escrito en los baños podría considerarse una práctica de ruptura con lo establecido, aunque en él se refuerzan muchos estereotipos y prejuicios contra el sector lésbico–gay. Leer y, en mayor medida, escribir estos mensajes en los baños es considerado prohibido o impropio, más cuando se refirieren a la realidad lésbica–gay, que nuestra sociedad supone (o quiere suponer) como inexistente

Sexo, religión y política

En contraste con el protocolo al comer, los temas de los mensajes en los baños giran en torno al sexo, la religión y la política. Desde la llamada “caída de las ideologías” y el fin de la guerra fría protagonizada por Estados Unidos y la antigua URSS, el tema político decayó y con él las discusiones por crear una sociedad más justa. Esta declinación se muestra tanto en los debates académicos como en las charlas de tragos y, por supuesto, en los baños. Los grafittis políticos se centran en luchas puntuales y elementos de moda, como los trillados chistes contra Bush o Sadam. Pero el sexo siempre está de moda, siempre se habla sobre él, sin distinciones de gustos, ni distingos políticos, tantos homosexuales como heterosexuales. En los últimos años, tras las reformas en el catolicismo y otras denominaciones de larga data, pero principalmente debido al ingreso y surgimiento de las “sectas”, el tema religioso ha alcanzado los primeros lugares en los baños. El grafitti sexual y el religiosos se contradicen: así, es común encontrar un “Busca a Dios” como respuesta a una llamado sexual.

Si busca pareja...

Uno de los objetivos más comunes del grafitti sexual, homo no, es propiciar los encuentros. No lo dude, los mensajes en los baños generan encuentros sexuales. Hay números de teléfono, días, horas, nombres, sin contar con gustos, preferencias, atributos del que escribe o de la persona buscada. “No tengo sida” y otras expresiones similares evidencias que este mal todavía se proyecta en la comunidad. Esto es negativo, pues los mimos homosexuales reproducen unos de los principales estigmas sociales que denigran nuestra comunidad. Pero, también es necesario tener presente esta incurable enfermedad en todo contacto sexual, más con parejas tan promiscuas y fugaces como las que generan los mensajes en los baños.

Sobre todo el tamaño

El tamaños del pene es una constante en el grafitti. Siempre existen medidas, en la mayoría contradicen el equilibrio y la proporcionalidad del cuerpo humano y, no sé por qué, nunca se encuentran por mas que se busque. El órganos masculino se mantiene como símbolo de virilidad y de placer, sin que se muestre apertura a otras prácticas “eróticas” ni el reconocimiento de otros atributos y gustos sexuales. Los mensajes en los baños, por medio de las referencias a las dimensiones del pene, refuerzan el machismo, elemento que tanto daños causa a la comunidad gay y en general a toda la sociedad.

Más allá de la cita

La existencia misma de incitaciones a encuentros sexuales gays o lésbicos contradice a una sociedad de dice ignorar la existencia de personas con otras preferencias sexuales. Pero la práctica mismo reduce al homosexual al mero contacto sexual, concepción errada que nosotros mismos difundimos en el grafitti. Todos hemos oído hablar de los homosexuales como sátiros o dementes sexuales, pues reducen nuestra conducto al sexo, sino considerarnos como persona, solo como enfermos mentales. Existen pocos grafittis que sobrepasen el mero contacto sexual y se deslinden haca la denuncia de la existencia del homosexualismo y llamados hacia la apertura de la sociedad. Aunque estos mensajes reciben respuestas de desprecio y represión, cada grafitti gay es un pequeño esfuerzo por el reconocimiento social de la homosexualidad como opción.

Un llamado en la soledad

Vivimos en una época inundada de aparatos que posibilitan la comunicación y el enterarse de hechos que ocurren en el mismo instante., pero es posible que nunca el ser humano haya vivido con tantos lazos impersonales que no van más allá de su superficie. Así, la gran cantidad de incitaciones a encuentros sexuales muestran la soledad de los homosexuales y su deseo de conocer a otros y reconocerse como tales: se desea compañía en una sociedad que no nos reconoce. Pero la mayoría de estas búsquedas no producen más contacto que el simple sexo, sino penetración de conciencias y personalidades; por que lo que las incitaciones sexuales escritas en los baños, en lugar de romper con la soledad gay, la refuerzan. Por encima de la discusión de mantener o romper estigmas sociales y actitudes negativas del mismo homosexual, al grafitti gay debe entenderse como la expresión de un sector cuya existencia no quiere reconocer la sociedad. Es por ello que debemos seguir escribiendo y leyendo estos mensajes gays en los baños sin preocuparnos muchos, pues el grafitti mismo es una ruptura con la sociedad.




Texto escrito con base en un artículo homónimo publicado en “Confidencial” (4:1, set-oct 1993)
Publicado en Gente10, Volumen IX, número 50 (2003)

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