viernes, 25 de febrero de 2011

Mi experiencia en Gente10


Hace varios años, cuando estudiaba literatura, a raíz de un trabajo de fin de curso sobre crónicas coloniales, tomé la decisión de resumirlo y “transformarlo” en un artículo periodístico y enviarlo a Gente10. El artículo fue publicado en la revista #12, en 1996, con el título “Homosexualidad en los indígenas costarricenses. Trata sobre Gonzalo Fernández de Oviedo, que en el siglo XV, en su trabajo de “veedor” cuenta al rey Carlos V sobre las prácticas sexuales de nuestros antepasados.

He revisado varios autores y he llegado al convencimiento de que -aunque no todas las sociedades indígenas eran tolerantes- el sector de influencia sudamericana era la más tolerante con las prácticas sexuales homosexuales. Este sector estaba conformado por Costa Rica, excepto Nicoya, Panamá y el norte de Colombia.

Después, revisando periódicos en la Biblioteca Nacional, encontré dos artículos sobre homosexualidad en Costa Rica en la década de los 50, en el contexto de la Guerra Fría. Se había creado el “Consejo Superior de Defensa”, cuya labor era disminuir la incidencia de “crímenes sexuales”. Este artículo se publicó en la edición #20, en 1988. No he leído más sobre esta entidad estatal encargada de vigilar las “buenas costumbres” de los costarricenses. Tal vez alguien escriba al respecto o, algún día, me dedique a investigar sobre este tema. Estas fueron dos incursiones esporádicas.

En 2001, leí la “Auditoría sobre la calidad de la democracia”. Este informe se indicaba que los homosexuales somos es grupo más discriminado. Decidí enviar otro artículo. Este fue más extenso. Su publicación me hizo tomar la decisión colaborar en todas las ediciones, lo cual he realizado gracias a los dueños de la revista.

Aunque he tratado de tener amplitud en la selección de temas, hay tres áreas interrelacionadas que me interesan: la historia, la iglesia y la comunicación. Siempre trato que el tratamiento no sea tedioso para el lector promedio, por lo que retomo aspectos de la cultura popular o de la actualidad.

Armando el rompecabezas incompleto de la historia gay “El pequeño John era su amante: La verdadera historia de Robin Hood” o “TROYA”, son ejemplos de artículos sobre temas históricos. En ambos la temática se “actualiza” con hechos de la cultura popular o del presente, para hacer más amena su lectura.

En contraste con otros grupos discriminados, como las mujeres y los negros, nosotros somos “invisibles”. De vez en cuando nos cuentan un chiste o dicen “¡Qué playada!”, sin percatarse de nosotros, como si no nos vieran.

Esta invisibilidad se extiende a la historia oficial. Solo podemos “jugar” con las piezas que la historia oficial no pudo esconder, para armar un pasado que permita construir un futuro de respeto a la diversidad. No se trata de la historia oficial, sino de otra historia, que no se enseña en los colegios ni se muestra en las películas. Es una historia encubierta y fragmentada que hace falta reconstruir y difundir.

La doble moral de Iglesia Otra de las temáticas recurrentes en la Iglesia. Desde temas “Parejas de santos homosexuales: Los primeros años del cristianismo” a “José Mantero, el sacerdote que confesó se gay: No cumplo con los votos de castidad”.

Se trata de mostrar “fracturas” en el discurso de la Iglesia Católica. Recordemos que de acuerdo con la nuestra constitución política: “La Religión Católica, Apostólica y Romana, es la del Estado.. sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan la moral universal ni a las buenas costumbres”.

Estas contradictorias nos hablan de un iglesia tolerante, que cambió radicalmente y cuyo clímax de intolerancia se mostró en el siglo XV. Todos recordaremos la Santa Inquisición: herencia de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.

Por otro lado se trata de una iglesia cuyas actuaciones sexuales no concuerdan sus prédicas moralistas. Todos conocemos historias oscuras de sacerdotes y sino hay diarios sensacionalistas que las difunden. Esta “doble moral” escandaliza hasta a sectores de “mente abierta”.


Incomunicados en la sociedad de la comunicación


Vivimos en una época inundada de aparatos que posibilitan la comunicación y el enterarse de hechos que ocurren en el mismo instante. Pero, es posible que nunca el ser humano haya vivido con tantos lazos impersonales que no van más allá de su superficie.

En este contexto debemos explorar y repensar en los espacios de comunicación que poseemos como gay: desde las fábulas japonesas (como Sakura), pasando por Internet y finalizando en los graffitis en los baños.

Estos espacios de comunicación deben se concebidos como oportunidades sociales que debemos aprovechar. Por un lado, permiten mayores recursos para enfrentar los grupos que promueven la discriminación. También, fomentan mejores relaciones interpersonales que posibilitan huir de la soledad que algunas veces marca nuestra existencia como gays.



¿Por qué Gente10?


Cierro este mi primer artículo personal con una interrogante; ¿por qué participar en Gente10? Antes de contestar, debo señalar que me refiero a participar: leer, escribir, entretenerse, discutir, disentir, coincidir con la revista.

Estoy convencido que la revista constituye un espacio relevante de comunicación para los gays costarricenses. Han surgido otras opciones, pero el tiempo ha mostrado la seriedad empresarial de sus dueños y la satisfacción de las necesidades del público. Por mi parte, yo seguiré escribiendo en la revista. Espero que ustedes sigan leyéndola.


Publicado en Gente10, Volumen X, Número 60 (2004)



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