viernes, 25 de febrero de 2011

La historia real del sadomasoquismo

Sade y Von Sacher-Masoch

 

¿De dónde se origina el sadomasoquismo?


El psicólogo y médico forense Von Kraff-Ebing introdujo por primera vez este término en su libro “Psicopatía Sexual”, publicado en 1886. En su elaboración utilizó dos famosos autores: Von Sacher-Masoch (masoquismo) y Donatiel Alphonse François, más conocido como el Marqués de Sade (sadismo).

Además, este médico introdujo la noción de parafilias que todavía se utiliza en algunas ramas de psiquiatría general. Las parafilias se caracterizan por la excitación sexual como respuesta a objetos o convenciones que, en diversos grados, pueden interferir en la capacidad para una actividad sexual afectiva recíproca.

El término “parafilia” subraya concretamente que la desviación (para) se encuentra en aquello por lo que el individuo se siente atraído (filia), fijando un patrón de conducta regular. Tales actos tienen que ser insistentes e involuntarios.

Un francés apresado en la Bastilla: Marqués de Sade (1750-1814)


Donatiel Alphonse François, más conocido como el Marqués de Sade, fue un escritor de novelas, obras de teatro y tratados filosóficos, más conocido por sus obras eróticas, prohibidas durante mucho tiempo.

Nació en París y lucho en el Ejército Francés. En 1772 fue juzgado y condenado a muerte por diversos delitos sexuales. Escapó a Italia pero regresó a París y fue detenido y encarcelado en Vincennes.

Tras seis años en esa prisión fue trasladado a la Bastilla y luego al hospital psiquiátrico de Charenton. Abandonó el hospital pero fue detenido de nuevo en 1801. Rodó de prisión en prisión y en 1803 ingresó otra vez a Charenton, donde murió.

En muchos de sus escritos, como “Justine o los infortunios de la virtud”, “Juliette o las prosperidades del vicio”, “Los 120 días de Sodoma” y “La filosofía en el tocador”, Sade describe con gran detalle sus diversas prácticas sexuales.

El término sadismo se empelo en psiquiatría para designar el tipo de neurosis que consiste en obtener placer sexual infligiendo dolor a otros. Considera naturales diversos actos criminales. Sus obras fueron calificadas de obscenas y hasta bien entrado el siglo XX estuvo prohibida su publicación.

Un polaco que no era muy católico: Leopold Von Sacher-Masoch


El Barón Von Sacher-Masoch nació en 1835, en Polonia. Escribió la saga “El legado de Caín” a la que pertenece su libro más famoso “La Venus de las pieles”.

Sus valores literarios fueron bastante reconocidos por sus contemporáneos, pero lo que trascendió en la historia y llega a nosotros en su caso, el escándalo de sus apetencias sexuales: hacerse azotar y humillar por una mujer envuelta en pieles, firmar contratos que establecen su condición de esclavo y la inclusión de un tercero en sus matrimonios. Ese el tema de “La Venus de las pieles”.

La suerte de Masoch es doblemente injusta: su obra literaria cayó en el olvido pero su nombre se popularizó porque designa una desviación sexual.

Sacher-Masoch reclamó mucho se relación de su nombre con el término masoquismo y nunca se reconoció como una persona enferma o perversa. Murió en 1895.

Hacia una redefinición del sadomasoquismo


Para los sadomasoquistas el places producido por el cosquilleo de un amante al soplarle en la oreja está tan socialmente construido como tocar la ropa íntima del amante o ser azotada cariñosamente con un látigo de cuero.

Tal como para algunas la homosexualidad y el lesbianismo son desviaciones sexuales, para otros es difícil comprender el placer que se genera por la escenificación de las fantasías sexuales o el placer que se produce por el juego de la dominación y la sumisión.

Desde esta nueva perspectiva, la dinámica fundamental del sadomasoquismo no es el dolor, sino el poder. Se puede jugar con la dominación sin que haya que incluir necesariamente dolor físico. El poder en una relación sadomasoquista no tiene nada que ver con el privilegio social, sino que es el poder momentáneo que la otra parte le otorga.

Causar dolor gratuito o poco placentero es propio de novatos y de personas que no saben lo que es realmente el sexo sadomasoquista. Al contrario, el verdadero sadomasoquismo, practicado con inteligencia y sensibilidad, está muy lejos de ser una práctica lesiva o dañina. El sadomasoquismo ayuda a conocer mejor nuestro cuerpo y sus reacciones, a realizar muchas fantasías tradicionalmente inconfesables o inhibidas y a un aprovechamiento erótico del dolor o de la relación de poder, que en mayor o menor medida existe en toda relación sexual.


LAS 120 JORNADAS DE SODOMA (FRAGMENTO)


Marqués de Sade

"Nada más simple que amar el envilecimiento y encontrar goces en el desprecio. El que ama con ardor las cosas que deshonran descubre placer en serlo y debe empalmar cuando se le dice lo que es. La bajeza es un goce muy familiar a ciertos espíritus; uno gusta de escuchar lo que se complace en merecer, y es imposible saber hasta dónde puede llegar en esto el hombre que ya no se sonroja de nada. Es lo mismo que la historia de determinados enfermos que se complacen de su cacoquimia". "Todo esto depende del cinismo", dijo Curval sobando las nalgas de Fanchon: "¿quién no sabe que el mismo castigo produce entusiasmos? ¿Y no hemos visto ponérsela tiesa a alguien en el momento en el que se le deshonraba públicamente? Todo el mundo conoce la historia del marqués de Sade, el cual, en cuanto se le comunicó la sentencia que le condenaba a ser quemado en efigie, sacó la polla de los calzones y exclamó: "¡Me cago en Dios!, he llegado al punto que quería, ya estoy cubierto de oprobio y de infamia: ¡dejadme, dejadme, tengo que correrme!". Y lo hizo en aquel mismo instante." Fuente: http://www.epdlp.com/s.html#sade

Las 120 jornadas de Sodoma" del director Pier Paolo Pasolini

LA VENUS DE LAS PIELES (FRAGMENTO)

Leopold Von Sacher-Masoch

A vosotros los modernos, a vosotros los hijos de la reflexión, os incomoda el amor entendido como goce supremo, os incomoda la divina jovialidad. Ese amor os trae desgracias. Os hacéis vulgares en cuanto queréis mostraros naturales. La naturaleza se os presenta como algo hostil; a los risueños dioses de Grecia nos habéis convertido en diablos y a mí, como a todas las diosas, me habéis transformado en una diablesa. Lo único que sabéis hacer es, o bien desterrarme y maldecirme o bien inmolaros como víctimas ante mi altar, poseídos por una locura propia de bacantes; y si uno de vosotros ha tenido alguna vez la osadía de besar mis rojos labios, peregrina descalzo y con hábito de penitente a Roma y aguarda con paciencia que florezca su seco bastón, mientras bajo mis pies brotan a todas horas rosas, violetas y mirtos, cuyo perfume no percibís.
Fuente: www.epdlp.com/m2.html






"La Venus de las pieles" de los directores Victor Nieuwenhuijs y Maartje Seyferth.


Publicado en Gente10, volumen X, número 55 (2004)

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