Todo comenzó con unas parejas felices de pingüinos machos
Hace una año, el zoológico de Bremerhaven en el norte de Alemania descubrió que seis pingüinos machos Humboldt (Spherniscus humboldt) se “apareaban” entre sí. Existen menos de 20 mil especimenes en las costas el Pacífico de Chile y Perú.Este zoológico suponía que tenía dieciocho pingüinos: diez machos y ocho hembras; pero, no se puede determinar a simple vista el sexo de los pingüinos, porque sus órganos sexuales no son externos. La distinción entre macho y hembra surge de la postura: la hembra se acuesta boca abajo y el macho se para encima de su cola, lanza su esperma que -por gravedad- fecunda a la pingüina.
Fracasa intento matrimonial
El plan fracasó, las autoridades del zoológico argumentaron que las suecas llegaron fuera de época de apareamiento y no hubo oportunidad que los pingüinos demostraran sus dotes masculinas.
El principal impedimento es el miedo al contacto: “las suecas no se atreven”, dijo la directora del zoológico de Bremerhaven, Heike Kueck. Por lo que, ante la falta de cooperación de las hembras, durante del periodo de apareamiento volvieron a formarse las parejas del mismo sexo.
Después de un año, este zoológico germano reconoció que el experimento fracasó: los machos se seguían “apareándose” entre ellos e incluso les había provisto de huevos de piedra para empollarlos. Las parejas de pingüinos se forman de nuevo todos los años.
Entre las parejas heterosexuales, dos de las hembras cambiaron de macho. Sin embargo, los pingüinos “gays” volvieron a juntarse con su pareja del año pasado. De todas maneras, la directora del parque zoológico afirmó que había cuatro parejas heterosexuales que podrían traer al mundo a pequeños pingüinos. Una de las parejas en el año 2005 dio a luz a dos pingüinos machos.
En resumen, el zoológico de Bremerhaven ha fracasado en sus esfuerzos por reorientar las apetencias de unos pingüinos homosexuales. El comportamiento homosexual es un fenómeno conocido de esa especie y desde el principio se sabía que difícilmente se lograría invertir, puesto que los pingüinos homosexuales raramente rompen con su pareja.
Protestas en todo el mundo por este experimento
Comunidades gay de todo el mundo hicieron llegar sus protestas a la ciudad alemana de Bremerhaven, para expresar su desacuerdo con el experimento de revertir los gustos de seis pingüinos homosexuales.
Con cartas, e-mails, llamadas por teléfono y pancartas, los activistas de grupos homosexuales, particularmente de Estados Unidos y Alemania, exigían “el libre desarrollo de sus inclinaciones sexuales, también para los pingüinos”.
La directora del zoológico, Heike Kueck, manifestó que “desde que comenzamos la acción hemos recibido cientos de llamadas telefónicas, inclusive de Australia. Grupos de homosexuales nos ofenden y nos condenan”.
El grupo de presión gay Hosi, con sede en Suiza, atacó a Kueck clamando: “No rompan a las parejas felices”. Kueck intentó calmar los ánimos diciendo que “nadie quiere separar parejas homosexuales a la fuerza”. Muchas organizaciones gays consideran que el fracaso demuestra que la homosexualidad es una condición natural que no se puede revertir.
Publicado en Gente10, Volumen XII, Número 68 (2006)
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