sábado, 15 de octubre de 2016

Diversidad sexual antes de Colón

Diversidad sexual antes de Colón

A propósito del 12 de octubre

La invención de América

América no existía, es un invento europeo. Un invento ideado por cartografía europea que, en 1507, necesita ponerle un nombre a esta “porción” de la Tierra en un mapa impreso en Estrasburgo, en el cual había dos grandes “masas” separadas, pues se pensaba que el istmo centroamericano no existía, en su lugar había estrecho por el cual se podía llegar a las codiciadas especies.

Recordemos que Colón era mal matemático y pésimo geógrafo; por lo que, murió pensando que había llegado a Las Indias, nunca supo que había “descubierto” el Nuevo Mundo.

Además, América no existía porque no había una unidad cultural entre sus habitantes. Su diversidad racial y étnica era tan profunda que hubiera sido imposible hablar de un continente.

Muchos científicos han desmontado el mito de la única migración por el estrecho de Bering, que uniría Asia (Siberia) con América (Alaska), con teorías de oleadas distanciadas en el tiempo y, más importante aún, migraciones de Oceanía. Algunos científicos también aseguran que hubo desplazamientos de África, sin nombrar a las muy discutidas “llegadas” de europeos antes de Colón, como los vikingos.

Es absurdo comparar -solo por dar un ejemplo- a los habitantes trashumantes de las Grandes Praderas con las civilizaciones incas, aztecas y mayas que hicieron maravillosas construcciones.

Pero América existe ahora. Es una de las cinco “divisiones” reconocidas por las Naciones Unidas. Tiene una historia común, producto de la muerte y mestizaje con los indígenas, de las oleadas de inmigrantes europeos y del éxodo forzoso de negros.

América existe como entidad geográfica, como el espacio físico donde se han desarrollado dos sociedades dispares que llamamos América Anglosajona y América Latina, y numerosos espacios que no “calzan” como los franceses de Canadá, las antiguas y actuales colonias del Imperio Británico, Surinam con su idioma holandés, Guyana con su euro…

Concepción, nacimiento y bautismo de América

Aunque la “concepción” de América puede fecharse en 1492 con la llegada de las carabelas de Cristóbal Colón y sus tripulantes, entre los que sobresalen los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón. Este embarazo duró varios años.

Su “nacimiento” no tiene fecha definida, fue entre 1503 y 1505, cuando Américo Vespucio, cosmógrafo florentino, publicó “Mundus Novus” y “La Carta a Soderini”, en las que demuestra que el Nuevo Mundo no son “Las Indias”.

Su “bautismo” se dio en la región de Lorena, donde un grupo de cartógrafos dirigidos por Martin Waldseemüller escriben el “Universalis Cosmographia”. Este libro -impreso en Estrasburgo en 1507- utiliza por primera vez el nombre de “América” al considerar que Américo Vespucio fue el verdadero descubridor del nuevo continente, a pesar de que algunos duden de que haya pisado las tierras americanas.

Prácticas sexuales en América a la llegada de los europeos

La diversidad racial y étnica de las sociedades precolombinas se refleja en sus prácticas sexuales que van desde la monogamia hasta la poligamia, desde la exclusiva heterosexualidad hasta el fomento de la homosexualidad, desde el castigo a la diversidad hasta las prácticas de travestismo…

Las prácticas sexuales de los pueblos originarios han sido “contaminadas”, parcial o totalmente, por la visión de mundo judeocristiana que trajeron los conquistadores europeos. Para los llegados de Europa, el placer sexual era fuente de pecado. Lo anterior era válido para los dos lados de la moneda: para los protestantes como los puritanos que huían de Inglaterra por la percusión a sus prácticas religiosas y para católicos recalcitrantes como los españoles que fueron el bastión de la Contrarreforma.

En este momento solo podemos leer e interpretar lo que estos conquistadores escribieron sobre cuáles eran las prácticas sexuales antes de que sometieran o eliminaran a los pueblos originarios.

El caso de Costa Rica: diversidad sexual

"Entre los indios en muchas partes es común el pecado nefando contra natura, y públicamente los indios que son señores y príncipes que en esto pecan tienen mozos con quien usan este maldito pecado”

Así relata Gonzalo Fernández de Oviedo, en el “Sumario de la Historia Natural de la Indias” (1526) y en la “Historia General y Natural de las Indias” (1535), al referirse a los indios de “Tierra Firme”, región que abarca Costa Rica, Panamá y parte de Colombia.

Este funcionario, que había trabajado como escribano de la Inquisición en Madrid, indica asombrado que la homosexualidad en los indios era “cosa muy usada e ordinaria e común a ellos”, pero que en “Tierra Firme” era más frecuente que en otras regiones como las islas del Caribe y Nicaragua.

Fernández de Oviedo es el único cronista que visitó la zona que hoy conocemos como Costa Rica y nos dejó constancia de lo común que era lo homosexualidad, principalmente entre los jefes indígenas, que tenían predilección por los adolescentes.

Indica haber visto lo que podría catalogar de “pornografía”, a indios que “traían por joyel (joya) a un hombre sobre otro, en aquel diabólico e nefando acto de Sodoma hechos en oro de relieve”.

Este cronista diferencia entre dos tipos de homosexuales: unos que eran guerreros y otros que eran “travestis”.

Los primeros eran “sodomitas y crueles, y tiran sus flechas emponzoñosas de tal yerba, que maravilla escapa hombre de los que hieren, antes rabiando, comiéndose a pedazos y mordiendo la tierra”. Los españoles tenían horror a estos indios caribes, debido a que no había antídoto para el veneno que utilizaban y creían que comían carne humana.

Los otros “son pacientes” (léase pasivos) que “se ponen naguas, como mujeres que son unas mantas cortas de algodón, con que las indias andan cubiertas desde la cintura hasta las rodillas y se ponen sartales y puñetes de cuentas y otras cosas que por arreo”.

La conquista de la provincia de Costa Rica, liderada por la “muy noble y leal” Cartago, borró todo rastro de una sociedad en la cual las prácticas homoeróticas y el travestismo eran consideradas normales.

Publicado en Gente10, Volumen XIII, Número 129 (2016)

(Las fotografías fueron tomadas en el "Museo del Jade y de la Cultura Precolombina" y en el "Museo Nacional", ambos en San José, Costa Rica)

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