lunes, 7 de marzo de 2011

Las cuentas de la invasión a Irak

ANTES DE LA INVASIÓN: Relativa tranquilidad


En el Irak anterior a la invasión la vida no era fácil para los gays, pero su situación “no era el infierno que alguna gente podría estar interesada en pintar”, en palabras de Adrián Gillan, periodista gay destinado a Bagdad. En el régimen de Sadam Huseín no existían “leyes de sodomía”, que penalizaran las relaciones sexuales entre hombres. El gobierno no mantenía ninguna simpatía por la comunidad gay, pero la represión se focalizaba en la oposición política; las dificultades provenían más bien de la tradición. Debido al carácter laico del régimen de Huseín “se daba una atmósfera compleja, represiva, en la cual las acusaciones homofóbicas iban más dirigidas a los disidentes que a los gays propiamente dichos”.

ALBORES DE LA INVASIÓN: Comienzo del cambio



Sin embargo, sí hubo una vuelta de tuerca en la última etapa de Sadam Huseín: en el 2001, el Consejo Revolucionario (poder ejecutivo) aprobó un decreto para castigar con pena de muerte la prostitución, la homosexualidad, el incesto y la violación. Numerosos observadores interpretaron esta medida como un intento del régimen para atraer las simpatías de los integristas en el contexto de un inminente ataque estadounidense. Pero este decreto homofóbico no fue aplicado en ninguna ocasión.

CON LA “LIBERACION”: Efectos de la política intervencionista de Bush



El contraste con la situación actual es drástico. De acuerdo con varios informes, el primer año de la ocupación, los islamistas asesinaron a artistas, intelectuales, profesionales, homosexuales e integrantes de minorías étnicas y religiosas. “Antes de la invasión, las cafeterías, las ferias y ciertas calles servían de lugares habituales de encuentro para hombres” –declaraba un gay iraquí a un medio LGTB en enero del 2005, poco antes de las elecciones. “Durante la invasión, todo eso se acabó: mantener la mirada de otro hombre -la forma habitual de ligar entre gays- es ahora algo sospechoso”. Los soldados estadounidenses te confunden con un miembro de la resistencia y las milicias catalogan de espía pro occidental.

DESPUÉS DE LA “LIBERACIÓN”: El Islam como fuente de “derecho”


Tras la victoria de los partidos religiosos, esta situación está empeorando. La nueva constitución iraquí, impuesta por EE.UU., ha abandonado el laicismo y señala al Islam como fuente de derecho. Debido a lo anterior, la legislación referida a la sexualidad, el matrimonio, el divorcio, y los derechos de las mujeres, se regirá según principios religiosos; en resumen, se están mermando las libertades en estos ámbitos. La futura aparición de leyes que penalizan la homosexualidad es algo que todo el mundo da por hecho.

SUNITAS Y CHIÍTAS CON LA “LIBERACIÓN”: Todos contra los gays



Existen dos grupos musulmanes en Irak: los sunitas y los chiítas. Los sunitas –grupo mayoritario de los fieles del Islam en el mundo- no tienen una estructura sacerdotal; en contraste, los chiítas –grupo mayoritario en Irak- sí la poseen. Estos grupos han tenido conflictos desde el año 661. La mayor parte de sunitas apoyó el régimen de Sadam y adversa a los Estados Unidos. Por ejemplo, el grupo sunita Mujahadin Shura mencionó la necesidad de impedir que el país “se tornara homosexual”, entre las razones para oponerse a las elecciones realizadas en el 2005. La mayoría de los chiítas fue enemiga del régimen de Sadam Huseín y está afiliada a los partidos respaldados por los Estados Unidos. Por ejemplo, el Gran Ayatolá Sistani, en 2006, ordenó asesinar a gays y lesbianas “en la peor forma y la más dura que sea posible”. Este líder religioso es alabado en los Estados Unidos por ser “moderado”. En resumen, para los rivales históricos chiítas y sunitas hay un enemigo común: los homosexuales.

LA VIDA TRAS LA “LIBERACIÓN”: Empeoramiento de la homofobia



Además se han incrementado los “crímenes de honor”. Por ejemplo, la milicia Badr comenzó un programa de vigilancia sobre los hombres mayores de 30 años, amenazándolos si no se casaban. También ha ordenado a los iraquíes que asesinen a los miembros gays de sus familias en nombre del honor, bajo amenaza de ser asesinados si no lo hacen. En algunos casos, existen los llamados tribunales religiosos, en los cuales clérigos presiden los “juicios” y ejecuciones de las personas acusadas de homosexualidad. Estos crímenes cuentan con la aprobación de las autoridades estatales. Las autoridades estadounidenses han respondido con desprecio y burla a los iraquíes que buscan protección o justicia frente a las agresiones homófobas. Además, algunas agrupaciones como la milicia Badr cuentan con el respaldo de este país.


Publicado en Gente10, Volumen XIII, Número 79 (2008)

No hay comentarios:

Publicar un comentario