Aumento de fondos y aumento de la discriminación
“Una de cal y otra de arena”, así puede resumirse la política de Bush ante la pandemia del sida. Por un lado, aumenta los fondos para la prevención y levanta la prohibición de entrada de los seropositivos a EE.UU., pero al mismo tiempo impone restricciones arbitrarias y pesadas para su ingreso, perpetuando la discriminación.
Estas medidas fueron tomadas con la aprobación de la llamada ley del sida por el Senado. Esta legislación es considerada como el mayor logro de consenso bipartidista que ha logrado el presidente George W. Bush.
AUMENTO DE FONDOS
Con esta ley recientemente, los fondos destinados a la lucha contra esta pandemia aumentan de 15.000 millones a 48.000 millones de dólares, para los próximos cinco años.
Con esta legislación se amplía las campañas de prevención y el acceso a tratamiento antirretroviral, en 15 países africanos. Además, el nuevo programa abandona el requisito de utilizar un tercio de los fondos para la promoción de la abstinencia sexual. De acuerdo con la Casa Blanca, el programa contribuirá al tratamiento de al menos tres millones de personas, la prevención de 12 millones de nuevas infecciones y el cuidado de un número similar de infectados, incluyendo “cinco millones de huérfanos y niños vulnerables”.
“Esta ley salvará a millones de personas… encarna la extraordinaria solidaridad del pueblo estadounidense”, declaró Bush durante una ceremonia a la que asistieron líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras del Congreso, funcionarios gubernamentales, representantes de la ONU y de grupos cívicos.
El Congreso debe ahora aprobar, en un proceso separado, la designación definitiva de los fondos que autoriza esta ley, por lo que quien gane la presidencia tendrá que pedir los fondos necesarios para hacer cumplir las metas de esta ley.
SE LEVANTA LA RESTRICCIÓN DE ENTRADA A SEROPOSITIVOS
Además, con la firma de esta ley, Estados Unidos levantó la prohibición de entrada al país de personas seropositivas que fue establecida en 1987. Activistas que promueven los derechos humanos de los homosexuales se mostraron conformes con la medida.
Por ejemplo, el presidente de Human Rights Campaign, Joe Solmonese, declaró que “apreciamos la firma de Bush revocando esta política injusta y arrasadora que considera a los individuos seropositivos inadmisibles para el país”. “El VIH viaja y las prohibiciones migratorias no desempeñan un servicio de salud público, es innecesario e inefectivo”.
John Fawcett, director legislativo del grupo ‘Results’, señaló que la veda a extranjeros con sida “era una reliquia de un tiempo en el que el miedo y la histeria rigieron nuestra política sobre el VIH en vez de una política de salud pública sensata”.
AUMENTAN LAS DISCRIMINACIONES MIGRATORIAS
Los visitantes que solicitan una visa a Estados Unidos necesitan demostrar a un oficial consular en su país de origen que su infección VIH está bajo control y no requerirá la atención médica. Indicar que tienen fuentes amplias de las medicinas para la duración de su viaje. Además, probar que tienen suficientes activos financieros o seguro para cubrir cualquier costo médico que pueda presentarse.
Esta legislación que establece requisitos para el ingreso de personas seropositivas no se impone a visitantes de ninguna otra dolencia crónica tal como enfermedad cardiaca, diabetes o cáncer.
De acuerdo con la asociación de la medicina del VIH (HIVMA), estas normas aprobadas por la administración de Bush son más restrictivas, pesadas, y arbitrarias que la regla que se piensa para substituir. La HIVMA es el hogar profesional para más de 3.600 médicos, los científicos y otros profesionales del cuidado médico dedicados al campo de HIV/AIDS.
“La ley que niega la entrada a la gente con el VIH no tiene ninguna base en ciencia o salud pública y se debe abolir,” manifestó la HIVMA. “No han permitido a la gente con el VIH de entrar en los Estados Unidos desde 1990, a pesar de que la infección de este virus no se transmite a través de contacto ocasional”.
Esta organización cuestiona cómo un oficial consular -con limitado o ningún conocimiento de la enfermedad de VIH- pueda hacer determinaciones sobre el estado de la infección VIH o la suficiencia de su fuente de la droga.
Además se debe tomar en cuenta que las pautas del tratamiento en el mundo son diferentes de las de Estados Unidos, no se sabe que estándar sería utilizado para determinar si los visitantes tienen medicaciones adecuadas.
Además, se menos probable que los visitantes de países subdesarrollados tengan las reservas financieras requeridas.
“Encuentro inexplicable que los Estados Unidos pueden por una parte ejercitar tal dirección fuerte en ciencia del VIH y cuidado del VIH en todo el mundo, y por una parte exhibo tal intolerancia hacia la gente con el VIH que quiere visitar este país” expresó la HIVMA.
Publicado en Gente10, Volumen XIV, Número 82 (2008)
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