lunes, 3 de marzo de 2014

Heliogábalo



El emperador de los excesos


El emperador Heliogábalo solo gobernó cuatro años, pero las historias sexuales que se cuentan sobre él son tan extensas y exageradas, que rayan en lo increíble.

Heliogábalo nació en Emesa (Siria) y murió en Roma, a los 14 años de edad. Fue emperador romano de la dinastía Severa, desde el año 218 hasta el 222.

Su nombre de nacimiento era Vario Avito Bassiano, hijo de Julia Soemia Basiana y Sexto Vario Marcelo. Al convertirse en emperador tomó el nombre de Marco Aurelio Antonino Augusto. Sirvió como sacerdote del dios El-Gabal (El Sol Invicto) en su ciudad natal, Emesa, por lo cual tomó el nombre de Heliogábalo (Helios: Sol), por el cual es conocido en los libros de Historia.

Durante su mandato, Heliogábalo ignoró las tradiciones religiosas de Roma. Reemplazó al dios Júpiter por un nuevo dios de carácter menor, Deus Sol Invictus (el Dios Sol Invicto). Cuya celebración principal era el 25 de diciembre: Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invencible). En este culto se entrecruzan tres tradiciones: El-Gabal (dios de origen sirio), Mitra (dios de origen persa) y Sol o Helio (dios de origen griego).

Su abuela Julia Mesa promovió con éxito una revuelta para que su nieto mayor, Heliogábalo, fuera declarado emperador a la edad de 14 años. Luego de cuatro años de excesos y en medio de una creciente oposición,

Heliogábalo, de sólo 18 años de edad, fue asesinado y reemplazado por su primo, Alejandro Severo, en un complot tramado por su abuela y por miembros de la Guardia Pretoriana.

Casamientos


Heliogábalo se casó cinco veces con mujeres y dos veces con hombres.

Dos de las mujeres son desconocidas. Su primera mujer fue Julia Cornelia Paula. La segunda la vestal (equivalente actual de una monja) Julia Aquilia Severa. Y, con Annia Faustina, descendiente de Marco Aurelio y viuda de un hombre recientemente ejecutado por Heliogábalo.

Su relación más estable parece haber sido la que mantuvo con su auriga (su cochero), un esclavo rubio llamado Hierocles, a quien incluso se refería como su marido. También se casó con un hombre llamado Zotico, un atleta de Esmirna, en una ceremonia pública en Roma.

"Reclutando" personal


Este emperador construyó unos baños públicos en la mansión imperial y abrió al pueblo los baños de Plauciano, para poder así descubrir las cualidades de los hombres mejor dotados sexualmente.

Puso un particular empeño en que buscaran a los "onobelos" -que en griego significa "de pene de asno"-, por los lugares más escondidos de toda la ciudad y entre los marineros.

Durante su gobierno, un bailarín ocupó la prefectura del Pretorio a que, el cochero Cordio fue prefecto de la guardia, el barbero y barbero Claudio fue prefecto de los víveres.

Mutilaciones


Convocó a una sesión especial al Senado Romano para celebrar ritos obscenos en honor de su dios. Se sacrificaron animales y muchachos, lo cuales eran mutilados y sus penes presentados al emperador.

Cambio de sexo


Heliogábalo quería transformarse en mujer y ofreció una recompensa inmensa al médico cuya destreza fuera suficiente para transformarlo.

No pudo hallar a ningún cirujano que quisiera intentar la operación, por lo que se vio obligado a sustituirlo por la circuncisión.

Prostitución


Heliogábalo vagaba de noche por las calles de la ciudad disfrazado como mujer, ofrecía su cuerpo a los desconocidos.

A veces, visitaba los burdeles, revelaba su identidad, arrojaba a las prostitutas y "atendía" a los clientes. Luego, estableció un burdel especial en el palacio.


La cuna de esperma


Si en torno del cadáver de Heliogábalo, muerto sin sepultura, y degollado por su policía en las letrinas de su palacio, hay una intensa circulación de sangre y excrementos, en torno de sucuna hay una intensa circulación de esperma. Heliogábalo nació en una época en que todo elmundo se acostaba con todo el mundo; y nunca se sabrá dónde ni por quién fue realmente fecundada su madre. La filiación de un príncipe sirio como él se establece por las madres; y en lo que a madres respecta, hay alrededor de ese hijo de cochero, recién nacido, toda una pléyade de Julias; y ejerzan o no en el trono, todas esas Julias son meretrices de alto vuelo.

El padre de todos, la fuente femenina de ese río de estupros e infamias, debe haber sido cochero antes de sacerdote, ya que de otro modo no se explicaría el encarnizamiento de Heliogábalo, una vez en el trono, en hacerse encular por los cocheros.

El caso es que la Historia, remontándos e por el lado femenino a los orígenes deHeliogábalo, tropieza indefectiblemente con ese cráneo chocho y desnudo, con ese coche y esa barba que en nuestros recuerdos componen el rostro del viejo Basianus.

El hecho de que esta momia sea oficiante de un culto no condena a ese culto, sino a los ritos imbéciles y despreciables a que ese culto había quedado reducido por obra de los contemporáneos de las Julias y los Basianos, y por la Siria del naciente Heliogábalo.

Pero desde el momento en que Heliogábalo niño aparece sobre los peldaños del templo de Emesa, ese culto muerto, y reducido a osamentas de gestos, al que se entregaba Basianus, recupera por debajo de las creencias y los revestimientos, su energía de oro concentrado, de luz pulverizada y victoriosa, y vuelve a ser milagrosamente activo.


Fragmento de "Heliogábalo o el anarquista dorado" (Antonin Artaud)




Publicado en Gente10, Volumen XIII, Número 109 (2013)

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