Yo no les creo a los políticos cuando dicen que antes tenían una posición y ahora tienen otra, debido a que han "evolucionado". No les creo cuando dice que antes eran homofóbicos y ahora apoyan los derechos de la comunidad LGTB.
Tal vez les pueda creer a algunas personas, pues la vida da muchas vueltas y los "golpes de la vida" generan transformaciones. Sin embargo, a los políticos no les creo, ellos por encima de ser personas, son políticos. El poder corrompe y corrompe más a los que lo han usado y se han "engolosinado" con él.
Hay muchos casos de políticos que dicen que dejaron su intolerancia en el pasado, que ahora defienden a la comunidad LGTB. Tal vez porque ven a que esta comunidad es cada vez más importante política y socialmente. Tal vez porque quieren copiar a políticos foráneos (el efecto "Obama"). Tal vez porque quieren parecer progresistas y modernos.
El caso de Antonio Álvarez Desanti
Hoy voy a referirme a Antonio Álvarez Desanti, un político de carrera: elecciones estudiantiles en su colegio, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), participación activa en el Partido Liberación Nacional y, por un breve periodo, dirigió de su propio partido, para luego regresar a las filas verdiblancas.
Durante el gobierno de Luis Alberto Monge Álvarez fue presidente ejecutivo de FERTICA y del CNP. Durante el primer gobierno de Óscar Arias Sánchez fue ministro de Agricultura y Ganadería, luego ministro de Gobernación y Policía. Durante el gobierno de José María Figueres Olsen, fue diputado y llegó a ser presidente de la Asamblea Legislativa.
Durante el segundo gobierno de Óscar Arias Sánchez y el actual de Laura Chinchilla Miranda no ha ocupado cargos públicos debido a su alejamiento del Partido Liberación Nacional.
Hoy es candidato a diputado, jefe de campaña y mano derecha de Johnny Araya, candidato del Partido Liberación Nacional, que -para algunos- es el virtual presidente, o al menos -para la mayoría- el ganador de la primera ronda.
Lesbianómetro
En 1990, el grupo lésbico "Las Entendidas" organizó el II Encuentro Lésbico Feminista de América Latina y el Caribe, en Semana Santa, en cual desencadenó una serie de hechos discriminatorios que incluían a la Iglesia y al Estado costarricense.
De acuerdo con Ester Serrano, en su artículo "Historia de las organizaciones lésbicas en Costa Rica", "La campaña de agresiones se inició mucho antes de que las mujeres se reunieran, los periódicos empezaron a publicar noticias alertando a la población de la reunión de lesbianas. La iglesia católica se proclamó contraria al Encuentro".
El Estado costarricense, por medio del Ministro de Gobernación, Antonio Álvarez Desanti, argumentó que trataría de prohibir el encuentro ya que el mismo "riñe con las naturales y sanas costumbres que rigen en Costa Rica".
El ministro Álvarez Desanti mandó órdenes al aeropuerto para que no dejaran entrar mujeres "extrañas", que tuvieran aspecto de lesbianas. El pueblo costarricense, con su inconfundible, mofa, dijo que el ministro había instalado "lesbinómetros" en los aeropuertos.
Cambio de posición
En su página web, Álvarez Desanti publica una carta de Bernal Esquivel, de la Comunidad Arcoíris, en la cual indica que "siendo ministro persiguió a las lesbianas, mando a bloquear la actividad. Desde entonces su nombre ha significado represión y rechazo entre nuestra comunidad". Dicha misiva fue enviada en el contexto de unos "spots" publicitarios en los cuales se externaba el apoyo a los derechos de los homosexuales.
El político responde que "Sobre el Congreso Lésbico se ha tejido una novela. Mi oposición no fue personal, sino que fue la postura del gobierno al cual representaba"
Agrega que "Dicha postura se dio principalmente porque se celebraría un viernes santo y eso generó reacciones muy fuertes en la comunidad católica. Si hoy hay presiones, ya sabrás como fueron hace 25 años. Las organizadoras por su parte no quisieron cambiar la fecha.
Además manifiesta que "Lo de represivo no te lo acepto, fui Ministro y tuve a mi cargo la policía y en mi período no se reprimió a nadie".
Analicemos con cuidado esta respuesta...
Todo es una novela (mexicana)...
En primer lugar, él no reconoce que actuó mal sino que indica que "sobre el Congreso Lésbico se ha tejido una novela" o sea una ficción, una mentira.
Pero no cualquier mentira, no se ha tejido un cuento, sino una novela (¿o quiso decir una "telenovela mexicana"?).
Generalizando la situación, la discriminación de la comunidad LGTB es una ficción.
El problema es la fecha, no es congreso
"Dicha postura se dio principalmente porque se celebraría un viernes santo". O sea que el problema no fue el congreso, sino el día.
Además tergiversa la historia ¿Creen ustedes que iban a venir representantes de toda Latinoamérica para reunirse solo el Viernes Santo? Obviamente que no, se iban a reunir en Semana Santa.
Sin embargo, Álvarez Desanti recalca que la reunión sería el "Viernes Santo", para darle mayor dramatismo al hecho.
Yo no soy intransigente, los otros son intransigentes
"Las organizadoras por su parte no quisieron cambiar la fecha". Ahora el problema no es él, sino las organizadoras pues fueron intransigentes.
En el contexto de represión policial que caracterizó su ministerio, pues hubo redadas policiales a bares y discotecas, como la ya extinta "La Torre" y manifestaciones de los medios comunicación, ¿creen ustedes que el ministro de Gobernación y Policía se reunió con "Las Entendidas" para señalarles que el problema era la fecha?
Además, invierte la realidad. Él era el ministro intolerante y lesbiafóbico, "Las Entendidas" -y la comunidad LGTB en general- era la víctima. Ahora resulta que él no era intransigente, por lo tanto "Las Entendidas" eran la intolerantes y heterofóbicas (¿?).
Yo no fui, fue Teté
"Mi oposición no fue personal, sino que fue la postura del gobierno al cual representaba". En otras palabras, "el que es mandado no es culpado". El culpable de la represión -si es que la hubo- es Óscar Arias, que era presidente, no él que era un simple ministro.
El presidente es la cabeza del gobierno, supongo que tiene cosas más importantes en que pensar que en un congreso de lesbianas (lo digo con sarcasmo, no en forma despreciativa). Así que como ministro no tenía poder de decisión sobre su cartera.
Supongamos que las órdenes de violar los Derechos Humanos, específicamente el derecho a la reunión consagrada en la Constitución Política, emanaban directamente de Óscar Arias ¿Es ético cumplir una orden a sabiendas de que es injusta?
Obviamente no le podemos pedir mucha ética a un político de carrera como Antonio Álvarez Desanti, pero por lo menos tratar de fingir ser ético. En esta "respuesta" se muestra contrario a las normas más esenciales de la ética, que supongo recibió en el seno familiar, en su colegio católico privado y su "alma mater", la Universidad de Costa Rica.
No fui yo, me presionaron
"Eso generó reacciones muy fuertes en la comunidad católica. Si hoy hay presiones, ya sabrás como fueron hace 25 años"
Un ministro que sigue indicaciones de la jerarquía de la Iglesia Católica antes de defender los Derechos Humanos ¿Cuál será su posición como diputado? Otra respuesta obvia.
No hice nada malo
La mejor muestra del cambio y del arrepentimiento es el reconocer los errores.
Pero, Antonio Álvarez manifiesta que "Lo de represivo no te lo acepto, fui Ministro y tuve a mi cargo la policía y en mi período no se reprimió a nadie". "Celebren que tienen un nuevo aliado y que están sumando apoyo."
En el futuro
No hay que tener una bola de cristal o usar la "güija" para saber que lo que sucederá.
Si como ministro encabezó una ola represiva, como diputado no a votar a favor de reformas legales a favor de nuestra comunidad.
Si como ministro cedió antes las presiones de la Iglesia Católica, como diputado hará lo mismo.
Si como ministro siguió indicaciones de un gobierno homofóbico, como diputado oficialista seguirá las órdenes de un presidente reconocidamente homofóbico.
Solo un milagro haría que Antonio Álvarez Desanti no llegue a ser diputado, pues encabeza el primer lugar por San José y estoy casi seguro que será presidente de la Asamblea Legislativa.
Pero como ciudadano consciente de mi voto, no votaré por él. Tampoco votaré por otros políticos "antes" eran homofóbicos y ahora han cambiado porque no les creo.
Publicado en Gente10, Volumen XIII, Número 112 (2013)
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