sábado, 12 de marzo de 2011

Yo soy del rey

Hola. ¿Qué quién soy yo? Yo soy el rey. No es cierto, es una broma que hacemos Francisco, mi pareja, y yo.
Mi nombre es Antonio Ramón Meneses, natural del Andalucía, de profesión decorador, sin ningún rastro de realeza en mi árbol genealógico, ahora soy “el rey”, bueno para ser exacto, el amante del rey consorte, Francisco de Asís, esposo de la reina Isabel II, su prima hermana.

Yo vivo con Francisco de Asís María Fernando de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, hijo Francisco de Paula de Borbón y Borbón-Parma y de Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, duque de Cádiz, nieto de Carlos IV y rey consorte de España. En pocas palabras, sangre azul por los cuatro costados… nunca he entendido cómo me eligió a mí un simple decorador.

Mi “esposo” es más conocido como “Paquita”, “Paquita Natillas”. Apodo tan popular que no se recuerda ni quién ni cuándo se lo pusieron; solo se recuerda por qué, es obvio por lo incuestionablemente afeminado siempre ha sido mi Francisco. Claro que yo no lo llamo Paquita, solo cuando quiero molestarlo un poco; yo lo llamo simplemente Francisco, mi Francisco.

¿Pruebas de que a Francisco le gustan los hombres y que los hijos de Isabel no son de él? Bueno, no es de caballeros hablar de los detalles de alcoba; pero, solo he decir que no creo que ninguno de los nueve hijos sea de Francisco de Asís, porque cuando dormimos juntos, a él solo le gusta una posición y ya se imaginarán cual es…

El pueblo recita una copla: “Gran problema es en la Corte/averiguar si el Consorte/cuando acude al escusado/mea de pie o mea sentado”. Este verso ha sido escrito en múltiples pasquines y paredes. Claro que es una burla a la manera en que tiene que orinar debido a un defecto congénito en el pene. Para mí, esa anormalidad me tiene sin cuidado, ¡de por si no lo usa mucho que digamos!

Siempre no he preguntado como Francisco de Asís, tan amanerado, tan visiblemente maricón, fue elegido para casarse con Isabel. No es que lo critique por lo afeminado que es… Me gusta así, con su porte, sus trajes, su aire de grandeza… pero a veces nos burlamos ambos de cómo él tiene modales de una infanta y no de un rey.

Las intrigas de palacio son muy complejas: que unos apoyaban otra rama de los Borbones, que otros no querían a la monarquía, que otros querían gobernar. Francisco no tenía ninguno de estos inconvenientes… solo uno… no le gustaban las mujeres. Pero he de decirles que no es ni ha sido el único rey con ese pequeño “defecto”.

Cuentan los chismes… claro que a mí no me gustan, yo no soy chismoso… Sin embargo, en estos casos -y muchísimos casos- yo creo más en las conversaciones de café y en las coplas del pueblo que en lo escrito en los diarios “serios”.

Como les iba contando, los chismes aseguran que cuando la Reina se enteró del nombre de su futuro marido soltó un grito de horror: “¡No, con Paquita, no!”. Pero de poco sirvieron los lamentos, el día que cumplía dieciséis años se celebró el matrimonio. Yo nunca le he preguntado a Francisco cómo aceptó casarse con Isabel. Supongo que la familia y la juventud pesan mucho… También dicen que la misma Reina comentó acerca de su esposo en la noche de bodas: “¿Qué pensarías tú de un hombre que la noche de bodas tenía sobre su cuerpo más encajes que yo?”.

Pobre Isabel, con razón ha tendido tantos amantes, pues su esposo ha sido más marido mío y de otros muchos que de ella. Claro que no les estoy contando nada nuevo, las historias sobre los amoríos de la reina son numerosas y descaradas. El capitán Enrique Puig Moltó, Carlos Marfiori, José María Ruiz de Arana, Francisco Frontela, José Mirall, Emilio Arrieta, José Murga y Reolid, José Ramiro de la Puente y el general Serrano, son los más publicitados. Tratar de negar esto es como tratar de tapar el sol con un dedo; pedirle hijos a Francisco, es como pedirle peras a un olmo.

A Francisco de Asís poco le importa esa situación. Siempre ha aceptado la paternidad de los hijos de Isabel, a cambio de recibir un millón de reales por presentarlos en la Corte… De mucho nos ha servido ese dinero para vivir como reyes en Francia, después del destierro.

Se cuenta que el heredero, Alfonso, es hijo del capitán Enrique Puig Moltó. La habladuría de la plebe inclusive ha inventado una historia; dicen que la reina se fue sincera y le dijo: “Hijo mío, la única sangre Borbón que corre por tus venas es la mía”.

Algunos dicen que Francisco ha tenido amantes mujeres y hasta que ha tenido varios hijos fuera de matrimonio. Cuando Francisco y yo oímos tales historias, solo podemos hacer una cosa: reír. ¿Cuál mujer pudiera decir que tiene un hijo con mi Francisco? ¡Ni siquiera Isabel dice esto! Indudablemente, si conocieran a Francisco como yo lo conozco… jamás se les ocurriría repetir estas invenciones.

Mi Francisco me ha dicho que solo se ha acostado con una mujer, con su esposa Isabel. Eso fue antes de conocerme, pues ahora ellos viven en ciudades separadas. Isabel y Francisco están cansados de aparentar un matrimonio que nunca existió. Ahora nosotros, Francisco y yo, vivimos en Épinay-sur-Seine; la reina, en París. En contraste, las historias que me ha contado Francisco de sus amoríos con los miembros de la corte, muchos de ellos “felizmente” casados, son tan numerosas que prefiero ni comenzar a relatarlas.

Bueno, nos vemos, nos hablamos más otro día. Francisco me está esperando para tomar el té de media tarde.



Notas del redactor


1. El rey consorte sufría de hipospadias, un defecto congénito que aparece en el pene cuando el conducto de la uretra no se abre en el extremo del glande.

2. El actual rey de España, Juan Carlos I, es hijo de Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, hijo de Alfonso XII, hijo de Isabel I y de Francisco de Asís (¿o de Enrique Puig Moltó?)


Publicado en Gente10, Volumen XVI, Número 94 (2010)

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